¿Sabemos diferenciar una relación tóxica de una relación sana?

Primero ¿qué es una relación tóxica?

Una relación tóxica, es una relación donde una o ambas partes sufren, por el hecho de estar juntos. La pareja se ve sometida a un gran desgaste emocional.

Algunas de las características de una relación tóxica:

-Vida social limitada: Unos de los miembros deja de lado todas sus amistades y se vuelca únicamente y exclusivamente en la relación. Deja de frecuentar los lugares que solía frecuentar, deja de lado sus intereses, descuida a sus amigos/as. Esto podría parecer un acto de amor, pero en realidad es una pérdida de autonomía.

-Manipulación: Su forma de actuar es culpabilizar, intimidar y provocar miedo a su pareja. No hace falta que sea de forma física, puede ser con expresiones como: “si me dejas es que no me quieres”. De esta manera, el otro miembro de la pareja se siente culpable por lo que está ocurriendo. 

-Culpabilizar a la otra persona: Uno de los dos intenta culpabilizar al otro siempre. No hay espacio para la negociación, porque el enamorado tóxico siempre cree tener la razón.

-Hacer sufrir: El amor no debe hacer sufrir, porque cuando esto ocurre no es amor auténtico. Si el amor es verdadero, la relación es simétrica: un día da uno y el siguiente da el otro miembro de la pareja. Evidentemente puede haber malos entendidos y discusiones, pero se solucionan de manera madura. La pregunta es simple: ¿Te hace sufrir este amor? Sí la respuesta es sí, entonces es un amor tóxico. 

Este tipo de relaciones generan dolor y sufrimiento, por lo tanto, es mejor decir adiós, ya que si se sigue metida en ella puede ser que se complique y se vuelva una relación violenta.

Todos/as tenemos a alguien cercano en nuestro entorno que justifican los comportamientos machistas de sus parejas con un “lo hace porque me quiere”, como ya sabemos, quien te quiere te cuida, te trata bien y te deja libre. Te proporciona más sonrisas que lágrimas, no más lagrimas que sonrisas.  Una frase que me encanta es: “No me quieras tanto, quiéreme mejor”

Por el contrario, una relación sana se basa en el respeto mutuo.

Algunas de las características de las relaciones sanas:

-Comunicación: Las parejas que saben comunicarse tienen más posibilidades de resolver sus conflictos. En todas las relaciones de pareja surgen desacuerdos, malentendidos, discusiones, etc. Ser capaces de comunicarse implica tener una actitud de escucha y empatía con la otra persona, entender sus razones, aunque no se compartan, saber expresar de forma asertiva las nuestras para poder negociar y establecer acuerdos. Hablar de cómo nos sentimos evitando los reproches y las acusaciones.

- Respetar y aceptar al otro: Cada persona tiene su propia personalidad, y es casi inevitable encontrarnos con aspectos del otro que no nos gusten. Cuando decidimos continuar una relación de pareja debemos contar con esta parte de la otra persona. Pretender cambiar al otro es forzarle a ser lo que nosotros esperamos que sea, que no siempre va a coincidir con lo que la otra persona quiere ser.

- Confianza mutua: Confiar en el otro significa creer en él o ella. Las relaciones de pareja implican un compromiso que establecemos de forma voluntaria con la otra persona, es decir, decidimos confiar en alguien. No se trata de una confianza ciega, cuando conocemos a una persona valoramos aspectos de su comportamiento que nos permiten decidir si merece la pena o no confiar en ella.

-Tiempo para cada uno: La vida en pareja no debe hacer que nos olvidemos de nosotros mismos. Compartir proyectos debe ser compatible con el mantenimiento de aquellos que tenía cada uno por separado.

Para finalizar quiero compartir con vosotros/as un fragmento de un libro que empecé a leerme hace varios días y me encanta “El amor no te duele. No te chilla, no te humilla y no te levanta la mano. El amor no te dice la ropa que tienes que llevar, las amigas que debes tener ni a quién puedes ver. No te pega “por tu bien” o “para que me entiendas”, ni porque “es que me obligas a hacerlo porque no me haces caso”. 

Texto de Mery Turiel.